Gonzalo Mena Fuenzálida es un colaborador de Piktochart, incluso antes de los orígenes de nuestro blog en español. Emprendedor y estudiante, Gonzalo decidió alejarse del mundo de las leyes para convertirse en un emprendedor a tiempo completo. En este artículo, conoceremos más sobre el mundo de las startups y cómo Gonzalo aprovecha Piktochart para sus tareas diarias – y cómo tú puedes hacerlo también.
Ya pasaron 5 años desde que decidí darle la espalda a los modelos tradicionales de negocios y a los tediosos trabajos de oficina. No fue una decisión sencilla: toda mi vida fui criado con la idea que un trabajo corporativo era el mejor camino para lograr estabilidad, bienestar y felicidad.
Sin embargo, mi experiencia estudiando leyes, trabajando como interno en una firma de abogados y viviendo en el exterior me enseñaron que mi camino se encontraba en otro lado. Así fue como decidí convertirme en un emprendedor.
No solo es un cambio en la descripción de mis tareas, es un cambio radical que afectó todas las porciones de mi vida. Yendo un poco más lejos; fue un cambio que afectó mi rutina diaria en su enteridad.
En mi opinión personal, el cambio más grande que tuvo lugar fue la metodología de trabajo. Antes, solo pensaba en trabajo al entrar en la oficina, y lo olvidaba apenas cruzaba la puerta camino a la salida. Ahora, como propietario de mi propio negocio, co-fundador o colaborador en una startup o pequeño emprendimiento, el trabajo nunca sale de mi cabeza. Solamente me cambio de sombrero (o de camiseta, como se acostumbra regalar en el ambiente) para saltar entre proyectos e ideas en las que estoy trabajando.
Y el trabajo nunca termina.
Aunque este relato puede sonar un poco triste para el lector desprevenido: todo esto es divertidísimo. Trabajar en distintos proyectos e ideas, conocer nuevos equipos, armar grupos de trabajo, evolucionar, cambiar de estrategias, comenzar desde cero: todos estos detalles hacen que nunca la haya pasado mejor en mi vida laboral.
Conlleva mucho esfuerzo y es trabajo duro, son muchas horas seguidas que se llevan los fines de semana consigo. Pero es un esfuerzo que hago con ganas y con una sonrisa en mi rostro, porque encontré lo que amo hacer y lo hago con un equipo que elegí yo mismo. Trabajar en una idea en la que crees no tiene precio. Sé que mi discurso puede sonar idealista y un poco ingenuo, pero así es como trabajo y como me gusta pasar mis días.
Este cambio que llevé a cabo a través de los años no solo puede notarse en mi actitud o mi rutina. También las herramientas a las que acudo para uso personal o para mis negocios también se han renovado.
Entre la montaña de links, recordatorios y pruebas que comparto con mi equipo para cumplir con metas, o para facilitar nuestras tareas diarias, llegó Piktochart. Y fue un verdadero cambio.
Déjenme contarles un poco sobre mi experiencia trabajando con herramientas profesionales de diseño: No tengo nada de experiencia. ¡Cero! Y al encontrarme en la constante necesidad de crear infografías bien diseñadas, presentaciones impecables y pósters atractivos, tuve que analizar mis opciones. Como lo veía, tenía dos alternativas:
- O gastar mucho dinero (presupuesto con el que no contaba) contratando un diseñador talentoso que me ayude con todas mis alocadas ideas y proyectos;
- O gastar mucho dinero y tiempo (que tampoco tengo) en clases de Photoshop para aprender a usar esa herramienta.
Fue entonces que conocí a Piktochart y se presentó como mi tercera alternativa, perfecta para lo que necesitaba.
Desde la primera vez que la utilicé en un Startup Weekend para presentar la evolución de nuestra propuesta pude ver que había encontrado la herramienta que necesitaba. Nuestro segundo encuentro fue al preparar un «elevator pitch» para aplicar en una incubadora, y también obtuve resultados excelentes.
Hoy en día utilizo esta aplicación versátil en todos y cada uno de mis proyectos. Desde un pitch para ofrecer mi nueva idea de emprendimiento a ejecutivos corporativos, hasta las campañas de «Regala tu Cumpleaños» (una ONG en la que trabajo), incluso al preparar nuevas ideas de curriculums para mostrar en reuniones y atraer la atención de la gente indicada.
Realmente, me demuestra siempre que no se necesitan otras herramientas. Tan solo el hecho de no tener que trasladar memorias externas o computadoras conmigo, y saber que toda la información que necesito está a mi alcance para una presentación improvisada – eso facilita las tareas diarias.
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Y como un bono adicional, ¡siempre disfruto de las reacciones del público ante mis diseños súper profesionales!
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